TRASTORNO NEGATIVISTA DESAFIANTE
Otro trastorno que ha creado discusión al ser incluido en el manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales ha sido el trastorno negativista desafiante caracterizado por un patrón de enfado, irritabilidad, actitud desafiante, tendencia a las discusiones y a ser vengativo o rencoroso, esta conducta debe durar por lo menos 6 meses en donde se exhibe durante la interacción por lo menos con un individuo que no es su hermano.
Para diferenciar este trastorno de un problema de conducta hay que tomar en cuenta varias consideraciones clave. La primera, debe cumplirse el umbral diagnóstico de cuatro o más síntomas dentro de los 6 meses precedentes. La segunda, la persistencia y frecuencia de los síntomas debe exceder aquello que es normativo para el individuo según su edad, género y cultura. Por ejemplo, no es inusual que los niños preescolares tengan berrinches semanalmente. Y tercero los individuos con este trastorno no suelen considerarse ellos mismos como enfadados, negativistas o desafiantes. Por el contrario, a menudo suelen justificar su comportamiento como respuesta a circunstancias o exigencias poco razonables. Así, puede resultar difícil separar la relativa contribución del individuo al trastorno de las interacciones problemáticas que él o ella experimentan. Por ejemplo, los niños con trastorno negativista desafiante pueden haber tenido una historia parental hostil. A menudo es imposible determinar si fue el comportamiento del niño el que llevó a los padres a comportarse de un modo más hostil hacia el hijo, si la hostilidad de los padres condujo a los problemas de comportamiento del hijo o si hubo una combinación de ambas cosas. En el caso de que el niño pueda estar viviendo en condiciones particularmente precarias en las que pueda haber maltrato o negligencia puede ser útil la atención clínica para reducir la contribución del ambiente.
Las manifestaciones del trastorno a lo largo del desarrollo parecen uniformes. Los niños y adolescentes con trastorno negativista desafiante presentan un mayor riesgo de problemas de adaptación como adultos, como conducta antisocial, problemas de control de los impulsos, abuso de sustancias, ansiedad y depresión. Además este trastorno tiene comorbilidad con patologías como trastorno de déficit de atención con hiperactividad, trastornos de conducta y se encuentra asociado al aumento del riesgo de intento suicida.
CAUSAS
La causa precisa no se conoce pero existen dos grandes teorías que intentan explicar el porqué de su aparición. La teoría del desarrollo sugiere que las dificultades inician cuando los niños tienen entre 1 y 2 y medio años, edad fundamental debido a que presentan dificultades para aprender a separarse y hacerse autónomos de la persona significativa, así los “malos comportamientos” serían una prolongación de las cuestiones normales del desarrollo que no han sido resueltas adecuadamente en los primeros años de vida. Y la segunda teoría del aprendizaje dice que las actitudes desafiantes son aprendidas, siendo un reflejo de los efectos de las técnicas de refuerzo negativo empleadas por los padres y las figuras de autoridad, así se entiende que el empleo de refuerzos negativos incrementa la frecuencia e intensidad de los comportamientos opositores en el niño, que de este modo logra llamar la atención de los adultos y obtiene la interacción deseada.
Psic. Paula Cueva
Psicóloga Clínica
Fuente:APA (2014) Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Quinta Edición. Madrid: Editorial Médica Panamericana.
Escrito por: Psic. Paula Cueva