Consecuencias del acoso escolar
Como sucede con otras formas de violencia, el acoso entre escolares puede dañar a todas las personas que conviven con él:
En la víctima:
Produce miedo y rechazo al contexto en el que se sufre la violencia, pérdida de confianza en sí mismo y en los demás, así como diversas dificultades que pueden derivarse de estos problemas, como problemas de rendimiento, baja autoestima y conductas autodestructivas.
En el agresor:
Aumentan los problemas que le llevaron a abusar de su fuerza: disminuye su capacidad de comprensión moral y empatía, incrementándose la identificación con el modelo de dominio-sumisión que subyace tras el acoso, y que representa un grave problema para su propio desarrollo y para las personas de su entorno, con el riesgo de seguir utilizando la violencia en el futuro en el mismo y en otros contextos, y especialmente a través de acoso laboral y violencia de género.
En las personas que no participan directamente de la violencia pero que conviven con ella sin hacer nada para evitarla:
Puede producir, aunque en menor grado, problemas parecidos a los que se dan en la víctima o en el agresor (miedo a poder ser víctima de una agresión similar, reducción de la empatía...); y contribuyen a que aumente la falta de sensibilidad, la apatía y la insolidaridad respecto a los problemas de los demás, características que aumentan el riesgo de que sean en el futuro protagonistas directos de la violencia.
En el conjunto de la comunidad escolar en la que se produce(incluidas las familias):
La violencia reduce la calidad de la vida de las personas, dificulta el logro de la mayoría de sus objetivos (trasmisión de valores, aprendizaje, calidad del trabajo...) y hace que aumenten los problemas y tensiones que la provocaron, pudiendo activar una escalada de graves consecuencias.
En el resto de la sociedad:
La violencia escolar reproduce un modelo de organización social caracterizado por el dominio y la sumisión, que representa la antítesis de los valores democráticos de igualdad, tolerancia y paz, con los que se identifica nuestra sociedad. Por eso, su erradicación debe ser considerada como una tarea colectiva imprescindible para hacer de la escuela el lugar en el se construye la sociedad que deseamos tener, basada en el respeto mutuo.
Revisión bibliográfica realizada por:
Psic. Paula Cueva
Psicóloga Clínica
Escrito extraído de:
Fuente: Díaz M., . (2006). El acoso escolar y la prevención de la violencia desde la familia. Madrid: Dirección General de Familia, Comunidad de Madrid.
Escrito por: Psic. Paula Cueva