Tres realidades de la sexualidad Humana


Hablaremos acerca de tres registros que hacen referencia a tres realidades que se dan en todos los seres humanos. Y, aunque se pueden abordar por separado, las personas vivimos estas tres realidades de forma conjunta. Se trata de la sexuación (estructuras), la sexualidad (vivencias) y la erótica (expresión).


La sexuación


Desde la gestación hasta la muerte se van concatenando una serie de estructuras que nos van sexuando como individuos hasta llegar a dos posibles resultados: mujer u hombre. Es importante que tengamos siempre en cuenta (y esto es vital cuando pensemos en las chicas y chicos) que ese resultado, o el hecho de ser mujer u hombre, tendrá infinidad de matices y que no habrá hombres que sean “más hombres” o que estén mejor “construidos”, ni mujeres que sean “más mujeres” o estén mejor “construidas”.


Cuando hablamos de sexuación nos estamos refiriendo, por tanto, al proceso mediante el cual nos conformamos como mujeres y como hombres través de una serie de niveles, como los cromosomas, las gónadas, los genitales internos y externos, las hormonas, etc.


Todas las personas, además, compartimos características, en mayor o en menor medida, del otro sexo. Por tanto, ni todos los hombres ni todas las mujeres están en los extremos y unos enfrente de otras. Muy al contrario, todas las personas estaremos en puntos intermedios de esa línea, de forma que inevitablemente todos y todas tendremos algunas estructuras consideradas “masculinas” y otras consideradas más “femeninas”. Por ejemplo, todos y todas tenemos hormonas masculinas y femeninas.


En el trabajo con padres y madres es importante tratar de transmitir que trabajamos con seres únicos e irrepetibles, cada uno de ellos con sus peculiaridades y particularidades. En definitiva, y por si no ha quedado claro, trabajamos con chicas y chicos diversos a los que tendremos que tratar siempre como tales.


La sexualidad


Como parte del proceso de desarrollo, y a medida que vamos tomando conciencia de la existencia de esos dos sexos, empezaremos a identificarnos con uno de ellos. Se empieza a forjar la Identidad Sexual precisamente en la forma en la que nos vemos, sentimos y vivimos como seres de uno u otro sexo.


En la práctica, es importante tener en consideración que cada una de las chicas y chicos con los que tratemos vivirá esa identidad de una forma subjetiva. En este punto, el hablar de lo que es “normal” y lo que es “anormal” no nos ayudará demasiado. Más que hablar de sexualidad, quizás sea mejor hablar de sexualidades o, como ya hemos dicho, de diversas formas de vivirse como seres sexuados (tantas como personas).


Nuestro papel como padres, madres u orientadores ha de ser siempre el de conocer, respetar y proteger el proceso de cada persona. En definitiva, proporcionar a los padres y madres algunas claves que les permitan acompañar a las chicas y chicos en ese proceso de vivirse como seres sexuados, mostrando siempre aceptación.
En el caso de las chicas y chicos con orientaciones sexuales e identidades de género minoritarias, esto es de vital importancia ya que si no contemplamos su existencia y, sobre todo, si no los acompañamos mostrando esa aceptación, será difícil que ellas y ellos se acaben aceptando y viviendo de una forma positiva y saludable. Es mucho más sencillo “aceptarse” cuando alguien se siente “aceptado”.


La erótica


Se refiere a la forma en la que se expresa todo lo anterior; el cómo nos expresamos y vivimos como seres sexuados. Cada persona tendrá su propia erótica o forma de vivir y expresarse como ser sexuado.
Nuestra forma de expresarnos eróticamente dependerá de algunos factores como nuestros valores y creencias, el modo en el que entendemos las relaciones, nuestros sentimientos, emociones, etc. 
En esta ocasión nuestro papel en el trabajo  será el de conseguir que las chicas y chicos se sientan felices con su forma de expresar la erótica. E, insistimos en la idea, existirán por tanto tantas formas de vivir la propia erótica como chicas y chicos.
Cuando hablamos de erótica es necesario conocer las formas en las que ésta puede expresarse: los deseos y los gestos. Aunque están muy relacionados, se trata de dos conceptos e ideas diferentes.
Es muy importante tener en cuenta que las relaciones que implican a los genitales no son las únicas posibles, ni tampoco necesariamente las mejores ni las más importantes. Las caricias, los besos, los abrazos, los susurros, las fantasías, etc., son otras formas de expresarse eróticamente (gestos) que pueden aportar satisfacción y placer, del mismo modo que pueden hacerlo otro tipo de expresiones o relaciones que implican a los genitales (coito, masturbación, etc.).


Revisión bibliográfica realizada por:
Psic. Paula Cueva
Psicóloga Clínica
Escrito extraído de:
Fuente: Azqueta I.,. (2014). Educar en la diversidad afectivo-sexual desde la familia, Cómo educar a favor de la igualdad de valor y contra la violencia por motivos de orientación sexual e identidad de género. Madrid: CEAPA


Escrito por: Psic. Paula Cueva

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