Conductas que favorecen y promueven la comunicación en la familia


hay pautas de conducta que favorecen la comunicación, que hacen que la otra persona se abra y participe en el proceso comunicativo. Entre las más importantes, se pueden señalar las siguientes:


• El lugar o momento elegido: que sea adecuado, correcto, oportuno.


Que el estado emocional sea facilitador, es decir, adecuado, posible, permite a la otra persona escuchar y hablar, no está cerrada por otras emociones como la ira.


• Escuchar activamente, reflejando lo que el otro dice, parafraseando sus palabras, aclarando, sintetizando, preguntando, reformulando.


• Empatizar, poniéndose en el lugar de la otra persona, experimentando sus pensamientos y sentimientos.


• Hacer preguntas abiertas, que no impliquen una respuesta simple de sí o no, que aumenten la información y el conocimiento de la otra persona.


• Pedir su parecer, su opinión, contar con la otra persona para no imponer ni obligar.


• Utilizar “mensajes “yo”, no mensajes “tú” que trasladan la responsabilidad o la culpa de los problemas a la otra parte.


Buscar acuerdos parciales ante las críticas, disensos, diferencias de opinión, comentarios.


• Acomodarse a las necesidades del interlocutor que muchas veces se expresan de forma indirecta, a través de sus emociones.


• Transmitir información positiva, más que negativa, reproches o críticas.


• Recompensar todo lo positivo que aporte el interlocutor, dando un feedback adecuado.


• Utilizar el mismo código y saber que estamos hablando de lo mismo, bien sea de ideas, bien de sentimientos, bien de deseos.


• Hacer siempre observaciones específicas, huyendo de generalidades y vaguedades.
Con la evitación de aquellas conductas que impiden y estorban la comunicación y la puesta en práctica de aquellas otras que la favorecen y potencian, habremos dado un paso importante para lograr establecer las bases de una buena comunicación que habrá que continuar reforzando con nuevos planteamientos.


Muchos padres y madres manifiestan su preocupación por el aislamiento creciente que va teniendo lugar respecto de sus hijos a hijas adolescentes. Por un lado, es necesario tranquilizarse y aceptar que es un proceso normal en la evolución y maduración de los jóvenes y adolescentes. Asimismo, en este periodo de paso a la adolescencia es fundamental el papel de la comunicación, pero una comunicación con las características descritas.


Resumiendo brevemente, y recordando a la vez, aquellas actitudes que impiden la comunicación, es necesario que en estos momentos, más que nunca, mantengamos una actitud abierta que facilite la comunicación con nuestro hijo o hija.


En concreto, es importante recordar:


• Hacer que los chicos/as puedan expresar lo que piensan y viven sin que en ningún momento se sientan evaluados o juzgados.


• Evitar gritos e imposiciones y tener paciencia. Hay que dar tiempo a que reflexione y experimente, y aprenda a sacar las conclusiones de su conducta.


• No olvidar que su manera de comunicarse va a estar en relación con la forma en que lo hagamos nosotros. Por tanto, dar lo mismo que queremos recibir (sinceridad, claridad, transparencia.).


• Dejarle que tenga autonomía y que se haga responsable de sus decisiones.


Es posible que se equivoquen, pero dicho error puede ser una buena ocasión para aprender si no caemos en el error de censurarle y regañarle por ello.


• Negociar todo lo que es negociable y llegar a acuerdos con su hijo o hija. Es preferible un acuerdo a una imposición, sobre todo de cara al futuro.


Revisión bibliográfica realizada por:
Psic. Paula Cueva
Psicóloga Clínica
Fuente: Sánchez García-Arista, M. L., y Uruñuela, P.(2012) Orientaciones para afrontar los conflictos y dificultades familiares. CEAPA, MADRID



Escrito por: Psic. Paula Cueva

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