la llegada del bebé: alimentación y sueño (0 a 12 meses)


Los pequeños dormilones


Un recién nacido duerme la mayor parte del día, y no reconoce el día o la noche. por eso es necesario respetar su sueño siempre que sea posible. 
-Es bueno para su desarrollo que tenga su cuna o lugar propio para dormir, diferente del de los adultos; puede estar cerca, pero en su lugar.
-Algunos bebés se sienten mejor si la ropa que los cubre ejerce una suave presión sobre su cuerpo.
-Necesita ser atendido cuando se despierta y llora, o cuando está molesto. No es posible «malcriar» a un bebé tan pequeño. Ya llegará el momento en el cual le empecemos a poner límites. Esta es la etapa de cuidarlo, mimarlo y darle paz. Ahora necesita confiar en que es amado y cuidado.En esta etapa, dejarlo llorar, no prestarle atención, es una forma de enseñarle que nada de lo que él o ella haga trae consecuencias ni le importa a nadie. ¡Peligroso aprendizaje!


¡Bebé despierto!


El cerebro se desarrolla bien si recibe la estimulación adecuada. Cuando esta es escasa o excesiva, muy lenta o muy rápida, o si llega en un momento inadecuado, se perturba el desarrollo sano y normal del cerebro. La sobrecarga de estímulos, dejarlo solo o interrumpir su sueño son ejemplos de situaciones desfavorables.


Cada bebé tiene su sensibilidad personal; podemos descubrir cuánta estimulación es buena para él o ella, cuánto sonido, cuánta excitación lo hace sentir bien y cuánta lo hace sentir mal. 


-Lo ubicaremos en la casa de modo que nos pueda ver mientras hacemos nuestras cosas.
-Contestaremos sus vocalizaciones, esos ruiditos sin sentido aparente, pero importantes para relacionarse.
-Nos acercaremos a él o ella y le hablaremos cuando nos mira.
-Le devolveremos la sonrisa.
-Para que el bebé aprenda que es parte de la familia hay que demostrarle que ocupa un lugar en nuestra vida.
-Un bebé normal está pronto para acostumbrarse a los sonidos y a las luces de su hogar. No se beneficia de excesos: multitudes, sonidos fuertes, aire viciado, demasiado movimiento.


Alimentar al bebé, un acto de amor y paciencia


-Alimentar al bebé no es solo ofrecerle nutrientes; es también darle amor, vida y fomentar el apego.
-Poder darle el pecho es lo mejor porque, además de recibir el más completo de los alimentos, el bebé quedará a la distancia perfecta para ver la cara de mamá y encontrar sus ojos, sentir su piel, su temperatura y su olor. Todo esto lo hará experimentar un gran placer.
-Cuando la mamá le da el pecho a su bebé, cuando el bebé recibe su leche, ambos se van conociendo y se fortalece el afecto mutuo. Además, este primer vínculo de nutrición y amor es la mejor bienvenida al mundo y a una vida plena.
-Dar de mamar es un acto natural y grato. Sin embargo, sobre todo al comienzo y cuando se trata del primer hijo, pueden aparecer dificultades. Con paciencia y ayuda se pueden superar.
-Si es preciso recurrir a la alimentación con mamadera, conviene hacerlo con el bebé en brazos, para que sea un momento de proximidad física y encuentro.
-La tranquilidad de mamá, o de quien lo alimente, siempre trasmite paz. Bien vale la pena destinar algunos minutos a calmar los nervios, respirando hondo, pensando cosas agradables, y solo después disponerse a alimentarlo y a brindarle un tiempo de buena calidad, tan importante para el bebé.


Revisión bibliográfica realizada por:
Psic. Paula Cueva
Psicóloga Clínica
Fuente: Trenchi, N., (2011), ¿Mucho, poquito o nada? Guía sobre pautas de crianza para niños y niñas de 0 a 5 años de edad.,Uruguay. UNICEF


Escrito por: Psic. Paula Cueva

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Dra. Merari Elizama Lorán Torres a sus órdenes.

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