¿Es la fuerza de voluntad un recurso limitado?


Aunque el marco de referencia frío-caliente de Mischel puede explicar nuestra capacidad para postergar la satisfacción, una teoría diferente conocida como el agotamiento de la fuerza de voluntad ha emergido para explicar lo que pasa cuando hemos resistido una tras otra tentación.
Diariamente y de diversas maneras ejercemos la fuerza de voluntad. Resistimos la tentación de navegar la red en lugar de completar un informe de gastos. Comemos una ensalada cuando nos morimos por una hamburguesa. Nos quedamos callados cuando en realidad queremos hacer un comentario mordaz. Pero un número creciente de estudios indica que resistir numerosas tentaciones tiene su efecto en nuestras mentes. Algunos expertos comparan la fuerza de voluntad con un músculo que se puede fatigar si se le usa en exceso.


El laboratorio de Roy Baumeister es la fuente de una de las primeras señales de la existencia de este efecto. En un estudio Baumeister hizo pasar a varios participantes a una habitación en la que se olía el aroma de galletas recién horneadas. La mesa en frente de ellos tenía un plato de galletas y uno de rábanos. A algunos sujetos se les pidió que probaran las galletas, mientras que a otros se les pidió que comieran los rábanos. Posteriormente se les dio un lapso de 30 minutos para que completaran un difícil rompecabezas geométrico. Baumeister y sus colegas encontraron que las personas que comieron los rábanos (y resistieron a las tentadoras galletas) se dieron por vencidas después de 8 minutos, mientras que los que tuvieron la suerte de probar las galletas perseveraron en promedio por 19 minutos. Ejercer la fuerza de voluntad para resistirse a las galletas al parece drenó el autocontrol de los sujetos para eventos posteriores.


Desde la publicación de este estudio en 1998 numerosos estudios han cimentado los argumentos a favor del agotamiento de la fuerza de voluntad o agotamiento del ego, como algunos expertos lo denominan. En un ejemplo los voluntarios a los que se les pidió que suprimieran sus sentimientos mientras veían una película de contenido emocional se dieron por vencidos en una prueba de resistencia física antes que los voluntarios que vieron la misma película y reaccionaron normalmente. En otro estudio, las personas que suprimieron activamente ciertos pensamientos tuvieron menos capacidad para suprimir la risa en una prueba diseñada para hacerles reír.
Desafortunadamente los eventos agotadores son muy comunes. Si alguna vez ha usado su fuerza de voluntad para ser diplomática con un colega que nos enfurece o ha forzado sus sonrisas durante una larga visita de sus suegros, seguramente se habrá dado cuenta de que la interacción social a menudo requiere autocontrol. En efecto, las investigaciones demuestran que interactuar y relacionarse con otros puede agotar la fuerza de voluntad. En una demostración de este efecto, Kathleen Vohs, PhD, de la universidad de Minesota, y sus colegas encontraron que a las personas a las que se les pedía que convencieran a una audiencia hostil de que en realidad eran personas agradables sufrieron mayor agotamiento de la fuerza de voluntad que aquellas personas a las que se les pidió que actuaran de manera natural frente a la audiencia.


Lidiar con una audiencia hostil (o con sus suegros) puede parecer agotador, pero el agotamiento no es solamente un asunto de estar cansado, como lo demostró Vohs. Ella sometió a la mitad de los sujetos de su estudio a 24 horas sin dormir antes de pedirles que suprimieran sus reacciones emocionales al ver un corto de una película. Posteriormente examinó la intensidad del autocontrol de los sujetos y se llevó una sorpresa al ver que los sujetos que no habían dormido en toda la noche no tenían mayor tendencia al agotamiento de la fuerza de voluntad que aquellos que habían pasado una noche cómoda en sus camas.


Así que si el agotamiento no es fatiga física, ¿qué es? Investigaciones recientes han encontrado un número de posibles mecanismos vinculados con el agotamiento de la fuerza de voluntad, incluyendo algunos de tipo biológico. Un grupo de científicos de la universidad de Toronto encontró que en las personas en las que la fuerza de voluntad había sido agotada por tareas de autocontrol mostraban menor actividad en el córtex cingulado, una región del cerebro relacionada con el conocimiento. Cuando la fuerza de voluntad ha sido puesta a prueba, el cerebro puede estar funcionando de manera diferente.
Otras pruebas sugieren que los individuos cuya fuerza de voluntad está agotada pueden estar bajos en combustible. El cerebro es un órgano de alto consumo de energía que funciona con un suministro constante de glucosa (azúcar en la sangre). Algunos investigadores sugieren que las células del cerebro que están trabajando arduamente para mantener el autocontrol consumen glucosa más  rápido que lo que la pueden reemplazar. En un estudio que apoya esta idea se midieron los niveles de glucosa de un grupo de perros a los que se les hizoresistir a una tentación. Sus niveles resultaron inferiores que los de aquellos a los que no se les hizo ejercer autocontrol.
Pruebas realizadas con humanos han encontrado patrones similares. Los sujetos que han ejercido su fuerza de voluntad en tareas de laboratorios tenían niveles de glucosa menores que los de aquellos sujetos a los cuales no se les había pedido que ejercieran su autocontrol. Es más, restaurar la glucosa parece tener un efecto renovador sobre la fuerza de voluntad. Un estudio, por ejemplo, encontró que tomar limonada endulzada con azúcar ayudó a restaurar la intensidad de la fuerza de voluntad en sujetos agotados, mientras que tomar limonada sin azúcar no les ayudó.
No obstante, las pruebas también sugieren que el agotamiento de la fuerza de voluntad se puede mantener bajo control por medio de creencias y actitudes. Mark Muraven, PhD, de la universidad de Albany y un grupo de colegas encontró que las personas que se sentían obligadas a ejercer el autocontrol (para complacer a otros, por ejemplo) se veían más fácilmente agotadas que las personas motivadas por sus propias metas y deseos internos. Cuando se trata de la fuerza de voluntad, quienes están en harmonía consigo mismos pueden estar en mejor estado que quienes buscan complacer a los demás. Muraven, Baumeister y sus colegas también exploraron los efectos del estado de ánimo. Al mejorar el estado de ánimo de los sujetos con vídeos cómicos y regalos sorpresa, ellos demostraron que un buen estado de ánimo puede ayudar a sobrepasar algunos de los efectos del agotamiento de la fuerza de voluntad que normalmente se ven después de ejercer el autocontrol.


Otras investigaciones sugieren que las creencias básicas de una persona respecto de la fuerza de voluntad pueden ser importantes. En 2010 un estudio de Veronika Job, PhD de la universidad de Stanford y un grupo de colegas encontró que los individuos que creían que la fuerza de voluntad era un recurso limitado estaban sujetos a que su fuerza de voluntad se agotara. Pero las personas que no creían que la fuerza de voluntad se pudiera agotar fácilmente no mostraron signos de agotamiento después de ejercer el autocontrol.
En un segundo componente de este estudio los investigadores manipularon las creencias de los sujetos acerca de la fuerza de voluntad pidiéndoles que completaran cuestionarios sutilmente sesgados. Los voluntarios que habían sido llevados a creer que la fuerza de voluntad era un recurso limitado mostraron señales de agotamiento del ego, mientras que aquellos que habían sido llevados a creer que la fuerza de voluntad no era limitada no mostraron señales de un autocontrol decreciente.
Entonces, ¿es la fuerza de voluntad un recurso limitado? Los proponentes de esta idea señalan a un robusto y sustancial cúmulo de evidencias que se ha venido acumulando durante la última década. Ellos argumentan que factores tales como el estado de ánimo y las creencias quizás solamente aminoran los efectos del agotamiento de la fuerza de voluntad en sus etapas más tempranas.
Aún así, es necesario investigar más para explorar cómo las creencias, los estados de ánimo y las actitudes pueden afectar nuestra capacidad para resistir la tentación.


Revisión bibliográfica realizada por:
Psic. Paula Cueva
Psicóloga Clínica
Fuente:APA (2012), lo que necesita saber acerca de la Fuerza de Voluntad, La ciencia psicológica del autocontrol.



Escrito por: Psic. Paula Cueva

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