10 cosas a tener en cuenta cuando hablamos sobre sexualidad.



N# 1
Aceptar la sexualidad de nuestros hijos e hijas tal como ellos o ellas la viven y la expresan es un hermoso reto que nos exige respeto, tolerancia, comprensión, tacto, sensibilidad y mucho cariño.
N# 2
Favorecer el diálogo, crear un clima de confianza y comunicación; escuchar, hablar regularmente y estar disponibles; que ellos y ellas aprendan a razonar y a tomar decisiones, serán elementos claves dentro de la educación sexual que podamos ofrecerles.
N# 3
No podemos ser ajenos a la Educación Sexual. Con independencia de las responsabilidades que en relación con este tema recaigan en “terceras” personas o instituciones (profesorado, escuela, sanitarios, centros de información en sexualidad, Administración...), padres y madres tenemos nuestras responsabilidades, desde el inicio de nuestra paternidad y maternidad. Nadie las va asumir por nosotras o nosotros.., y además, nuestra implicación es necesaria.
N# 4
La información y nuestras indicaciones se tendrán que adecuar a quien tenemos delante a su edad, al desarrollo evolutivo, en una palabra, habrá que particularizar nuestra ayuda a las características específicas de nuestros hijos e hijas.
N# 5
Conocer y aceptarse. Es imprescindible que eduquemos a hijos e hijas en igualdad, con las mismas oportunidades y las mismas posibilidades de crecimiento, sin hurtar información y sin obviar que en ocasiones están en puntos de partida distintos.
N# 6
La educación sexual no se reduce a evitar riesgos, se trata de sentirse satisfecho o satisfecha, pero tendremos que asegurarnos de que los riesgos (pueden truncar muchas cosas) no son ignorados por nuestros hijos e hijas.
N# 7
Tampoco se debe olvidar las tensiones, angustias, las preocupaciones, que en la esfera de lo emocional puedan ocurrir y que habitualmente necesitan de un espacio, que habitablemente es la casa, para expresarse y donde tener cobijo. Posibilitar ese espacio es absolutamente necesario.
N# 8
Padres, madres y personas adultas con niños o niñas al cargo podemos construir un marco de referencia con nuestra propia forma de comportarnos y de establecer las relaciones personales, donde lo implícito adquiere una extraordinaria importancia, en tanto relacionado con actitudes y comportamientos, frente a las limitaciones de lo explícito. De aquí que pongamos especial cuidado para que haya coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos. Se dicen más cosas con el cuerpo que con la boca.
N# 9
Es esperable y perfectamente normal que en un momento dado de la adolescencia, cuando nuestros hijos e hijas empiezan a vivir nuevas inquietudes y tengan necesidad de hablar de ello, busquen otros interlocutores diferentes a su familia. Entonces será importante que les facilitemos información sobre recursos existentes donde puedan acudir para obtener información y, llegado el caso, donde puedan recibir atención sanitaria (p. ej., para el uso de anticonceptivos, etc.).
N# 10
¿Amigos, amigas, consejeros? Mejor sencillamente: padres o madres. Nuestros hijos e hijas necesitan un padre o una madre o alguien que haga esas funciones. Es difícil que ese papel se pueda jugar desde un espacio distinto a la casa o a la familia.


Revisión bibliográfica realizada por:
Psic. Paula Cueva
Psicóloga Clínica
Fuente: De la Cruz C., Diezma J., CONSTRUYENDO SEXUALIDADES, o cómo educar la sexualidad de las hijas y de los hijos, 2008.


Escrito por: Psic. Paula Cueva

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