Procesos emocionales en pacientes sometidos a reproducción asistida

La dificultad de tener hijos, cuando existe un deseo claro de tenerlos, es una de las situaciones más difíciles y frustrantes que puede pasar una persona, tanto individualmente como en pareja. La dificultad de concebir le expone a la persona a experimentar una crisis vital que le genera angustia, sentimientos de pérdida y frustración importantes. Todo el proceso al que se enfrenta la persona o la pareja, empezando con el diagnóstico y cada etapa del proceso está cargada de incertidumbre, lo cual provoca distintas respuestas psicológicas, que estarán ligadas en gran medida a los recursos psicológicos personales, las bases en las que se ha sustentado la pareja y el nivel de apoyo que reciban de su ambiente. En datos estadísticos se sabe que aproximadamente entre el 25% y el 65 % de los pacientes sometidos a tratamientos de Reproducción Asistida presentan en algún momento síntomas clínicos de cierta significación, con predomino de la ansiedad, pero se observan también en proporciones importantes síntomas de depresión, desesperanza, culpabilidad, baja autoestima, etc.

Por otro lado, cada vez comienzan a ser más evidentes las complejas relaciones existentes entre los factores psicológicos y la fertilidad. El estrés empieza a ser reconocido en la literatura científica como un factor que en algunas ocasiones puede influir negativamente en la capacidad reproductiva de los seres humanos, hasta el punto de que probablemente por lo que sabemos puede convertirse en determinante como elemento mediador en el caso de al menos un 5% de los problemas de esterilidad de origen desconocido.  Para comprender las distintas respuestas psicológicas que enfrenta una persona o una pareja que sufre de infertilidad es necesario entender lo que es una crisis vital.

La crisis vital se la puede definir como un estado de desequilibrio emocional, para lo cual la persona no se sentía preparada. Las crisis producen cambios que afectan al mundo interno de la persona, afectando directamente en sus propias creencias las cuales son la base de las actitudes que tomarán, además los sentimientos relacionados con las expectativas. Estos cambios van a dar inicio a conflictos emocionales en tres niveles: 

1. Nivel cognitivo: se ven desbordadas las habilidades de resolución de problemas y los mecanismos de afrontamiento habitualmente utilizados 
2. Nivel psicológico: al estado inicial de shock emocional se siguen sentimientos de negación, confusión, temor, tristeza, aplanamiento o labilidad emocional, incredulidad, culpa, excitabilidad e inquietud. 
3. A nivel fisiológico: pueden presentarse reacciones de estrés general.

Dentro del nivel psicológico es muy común que la pareja o la persona tienda a aislarse, debido a la presión que puede sentir de su entorno, en muchas ocasiones, las parejas estériles expresan su pesar ante el desconocimiento que la sociedad tiene de este problema, siendo ellos los primeros que no desean manifestarse públicamente sobre algo tan íntimo y que consideran podría tener consecuencias sociales o psicológicas sobre la posible futura descendencia. Además la infertilidad tiene connotaciones distintas en hombres y mujeres. En el caso de los varones, la infertilidad suele tener connotaciones de falta de virilidad, y en las mujeres su femineidad es atacada. 

El aislamiento suele venir acompañado de la culpa, este es una sentimiento muy común entre las personas infértiles, es normal que comiencen a analizar sus anteriores comportamientos como abortos previos, uso de anticonceptivos o actividades sexuales previas, buscando la razón por la cual no pueden concebir, las personas refieren sentirse castigadas. Frecuentemente el miembro infértil siente que está privando a su pareja de la oportunidad de tener hijos. 

Revisión bibliográfica realizada por:
Psic. Paula Cueva
Psicóloga Clínica
Fuente:Grupo de Interés en Psicología Sociedad Española de Fertilidad , Guías de evaluación, consejo, apoyo e intervención psicológica en Reproducción asistida. 2005.