DEPRESIÓN INFANTIL


En los últimos 50 años se ha evidenciado un incremento en el aparecimiento de trastornos del estado de ánimo, en especial de la depresión durante la infancia y la adolescencia, la cual ha generado gran preocupación para la salud pública.


La dificultad más relevante en la depresión infantil es el problema para poder diagnosticarla, ya que a pesar de tener la mayoría de los síntomas estos se presentan de manera diferente que en un adulto. Para ellos es fundamental la atención constante de padres y maestros para poder identificar los signos de alarma, tales como: si el niño/a está triste la mayor parte del tiempo o llora con facilidad, si pierde el interés por jugar con otros niños, se vuelve especialmente irritable o agresivo, se percibe desmotivado para cosas con las que antes disfrutaba, se mantiene aislado sin comunicarse apenas, se autocalifica de forma negativa, se nota sensible al rechazo o al fracaso, si le cuesta concentrarse en lo que hace, o presenta alteraciones en el sueño, si se siente ansioso o presenta desordenes en su alimentación, si no quiere ir al colegio cuando antes le gustaba, si se queja a menudo de dolencias y pide que se le atienda, si se culpa de sucesos en los que no ha tenido nada que ver o califica la vida de forma negativa.


Es importante tener en cuenta que la depresión se presenta de diferentes maneras dependiendo de la edad del niño por ejemplo la depresión en niños menores a 8 años muchas veces no es reconocida, la razón de lo anterior es porque éste grupo, expresa los síntomas de la depresión de una forma no verbal, es decir lo hacen frecuentemente, de una manera somática, como dolores de cabeza, dolores de estómago, o con una simple expresión de “no sentirse bien”, algunas veces asocian alucinaciones auditivas. Otras veces, la depresión se manifiesta como problemas de comportamiento, desinterés en los juegos con los amigos, etc. Niños mayores de 9-12 años expresan la depresión como el querer huir de la casa, problemas de baja autoestima, desesperanza o deseo de morirse. En adolescentes de 12-17 años se expresa más como alteraciones en el apetito y en el sueño, desilusión, ideación suicida, y rebeldía.


Es importante que a la mínima señal de alerta se acuda a un profesional que pueda realizar una amplia valoración del estado del niño, así realizando una intervención oportunamente. Además profesionales de la salud mental recomiendan el mantener una relación cercana y una comunicación activa de padres a hijos para identificar las causas que puedan estar generando estos síntomas en los niños y adolescentes.


Revisión bibliográfica realizada por:

Psic. Paula Cueva
Psicóloga Clínica
Fuente: Psicoactiva, Razones y soluciones de la depresión infantil, 2015.



Escrito por: Psic. Paula Cueva

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Psic. Maria Vianey Alarcón Jiménez a sus órdenes.

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