Existen siete tipos de Hambre

Esta clasificación ayuda a explicar los distintos comportamientos alimentarios con los que nos podemos sentir identificados, de forma habitual o en momentos concretos de nuestras vidas. La manera en que nos alimentamos afecta o beneficia a nuestra salud, por lo que resulta interesante reconocer y reflexionar sobre el tipo de comportamiento alimentario con el que uno se siente identificado.

Comer por los ojos: comemos incluso cuando estamos llenos, al ver imágenes de comida o bebidas.

Hambre de Olfato: los aromas de alimentos tentadores, como el pan recién horneado nos hacen tener ganas de comer.

Hambre de boca: es una necesidad de probar nuevas texturas y nuevos sabores, para evitar esto nuestros platos debe contener texturas diferentes y sabores variados que sean saludables y contengan verduras, carbohidratos y proteínas.

Hambre de estómago: en este caso se debe aprender a distinguir el hambre con la ansiedad, ejercicios de estiramientos, respiraciones profundas, salir a la calle unos minutos a respirar aire fresco pueden ayudar a identificar el origen del apetito, saborear bebidas como te, o frutas.

Hambre celular: es un instinto de supervivencia, la necesidad orgánica de ciertos nutrientes que se ve referida como la querencia por comer alimentos muy concretos, aunque la mayoría de nosotros hemos perdido la capacidad de oír lo que nos está pidiendo.

Hambre de pensamientos: pensar que se debe comer de una u otra maneras para bajar de peso o mantener una buena salud lo cual genera preocupación, podemos caer en una alimentación muy limitada o comer sin justificación..

Hambre del corazón: se siente un vacío emocional, que conduce a buscar comida que recuerde momentos felices para que las personas se sientan reconfortadas.

Debemos tener conciencia al momento de comer, pensar si de verdad se tiene hambre, cuanto tiempo ha pasado desde la última comida, al momento de comer sentir los colores, la textura, el sabor, el olor de los alimentos, esto nos ayudara a mantenernos saciados y no tener antojos para no comer a deshoras.