VALOR NUTRICIONAL Y DIETÉTICO DE LA SANDÍA


La sandía es una de las frutas más características del verano. Su alto contenido en agua la convierte en un refrescante tentempié que cada año hace las delicias de grandes y pequeños por esta temporada.


Y es que, la sandía es la fruta que más agua contiene (alrededor de un 93%) lo que le da un aporte calórico realmente bajo de no más de 23 Kcal por 100 g. Su color rojizo se debe a la presencia de licopeno, un carotenoide con actividad antioxidante el cual se ha estudiado por su posible efecto protector frente algunos tipos de cáncer como el de próstata.


Por lo demás, no destaca notablemente por la presencia de ningún otro nutriente. 

Respecto a los hidratos de carbono, éstos están representados por pequeñas cantidades de azúcar que no sobrepasan los siete gramos por 100 gramos de sandía (lo que sería equivalente a un sobre de azúcar). En cuanto a los minerales, su contenido es igualmente bajo, aunque el potasio y el magnesio tienen cierto protagonismo, dentro de un contenido reducido en comparación con otras frutas.


Así pues, su escaso valor nutricional hace que desde el punto de vista dietético tampoco tenga mucho interés, a parte de ser una fruta muy baja en calorías que encaja perfectamente en las pautas alimentarias de adelgazamiento.


Debido al bajo contenido en potasio respecto a otras frutas, aquellas personas que tengan que restringir la ingesta de este mineral, como en la insuficiencia renal aguda y crónica, pueden valorar con su médico la inclusión de sandía en su alimentación. Sin embargo, las frutas, verduras y hortalizas aportan agua a nuestra alimentación y la sandía, como fruta con alto contenido en agua deberá excluirse cuando la insuficiencia renal derive en diálisis.


Por otro lado, esta misma propiedad favorece a las personas sanas, que pueden valorar la sandía como una de las opciones más apetecibles a tener en cuenta en verano como fuente de hidratación. No hay que olvidar que durante las altas temperaturas el riesgo de deshidratación puede ser elevado en determinadas zonas y en determinados colectivos, como niños y ancianos, ya que pueden ver alterada la percepción de sed. Así pues, llevarse unos trozos de sandía a la playa o comerla entre horas, como postre o en la merienda puede complementar la pauta de hidratación recomendada.


Recientemente se ha desarrollado una nueva variedad de sandía que asegura tener beneficios sobre la diabetes, la astenia y problemas cardiovasculares. Sin embargo, estos beneficios no han sido evaluados por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), quien vela por que las virtudes que se le otorgan a los alimentos se hagan en base a la evidencia científica actual, con lo que prudencia ante promesas que no han sido contrastados siguiendo los más estrictos estándares científicos.


Lic. Thalía Phuma
Nutricionista
Fuente: Bernácer, R. (2017) "VALOR NUTRICIONAL Y DIETÉTICO DE LA SANDÍA".



Escrito por: Nutricionista Thalía Phuma Ludeña

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