RECOMENDACIONES DE CONSUMO DE LA CEBOLLA


La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) recomienda incluir en la dieta al menos dos raciones al día de verduras y hortalizas, aunque lo más aconsejable es aumentar esa ingesta hasta los 400 gramos al día. Y ahí entra en primer plano la cebolla, ya que la SENC aconseja “emplear a diario hierbas, especias, ajo y cebolla debido a los numerosas ventajas nutricionales y los beneficiosos efectos que tienen sobre la salud, sin olvidar que su uso suele derivar en un menor empleo de la sal”.


Por ello, ya sea cruda o cocinada, cualquier persona debe incluir la cebolla en su dieta diaria. “Es interesante destacar que los procesos culinarios, como la fritura o la cocción, no ocasionan grandes pérdidas sobre el contenido total de flavonoides en la cebolla, por lo que los platos elaborados con ella constituyen una buena fuente de estos componentes”, asegura la profesora de Farmacología, Nutrición y Dietética María Teresa Iglesias.


Sin embargo, sí hay algunas propiedades que salen perjudicadas a la hora de cocinar la cebolla. En esta línea, Teresa Nestares explica que “los tratamientos culinarios a los que se someten las hortalizas provocan pérdidas de nutrientes, sobre todo por dos vías: pérdida de compuestos hidrosolubles en el agua de cocción (algunas vitaminas, minerales) y pérdida por inactivación o destrucción (fundamentalmente vitaminas). Por ello, desde el punto de vista nutricional es más recomendable su consumo crudo y, si se cocina, cuidar la preparación previa y la cocción para minimizar las pérdidas”.


Cuándo debes evitar comer cebolla


Consumida en cantidades moderadas y en el contexto de una dieta equilibrada, la cebolla no tiene ninguna contraindicación. Sin embargo, por su alto contenido en azufre puede resultar irritante y causar ardor estomacal, por lo que no es un alimento recomendado en exceso para aquellas personas con problemas gastrointestinales, de reflujo o con patología renal.


“Los problemas de flatulencia y reflujo gastroesofágico que padecen algunos individuos pueden evitarse consumiéndola cocinada en lugar de cruda o utilizando la cebolla tierna o cebolleta o las variedades de cebolla más suaves.


Algunas personas pueden rechazar este alimento por el sabor y olor o por problemas de flatulencia o malestar gastrointestinal, pero no podemos generalizar, pues estos efectos dependen de muchos factores individuales”, matiza Ángeles Carbajal, profesora de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid.


Lic. Thalía Phuma
Nutricionista
Fuente: Moneo, L. (2017) "RECOMENDACIONES DE CONSUMO DE LA CEBOLLA".



Escrito por: Nutricionista Thalía Phuma Ludeña

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