BENEFICIOS DE LA CEBOLLA PARA LA SALUD


La cebolla, tal y como sucede con otros alimentos de origen vegetal y del género Allium (ajo, cebolleta, chalota o puerro), posee un gran número de componentes bioactivos que parecen tener un importante papel en la salud: “A la cebolla se le atribuyen propiedades diuréticas, antibióticas, expectorantes, antitrombóticas y depurativas, entre otras bondades, que hacen que sea útil como antihipertensivo, hiporcolesterolémico, favorecedora de funciones digestivas e incluso se ha descrito en trabajos científicos su papel preventivo de algunos tipos de cáncer”, asegura María Teresa Nestares, coordinadora del Máster oficial en Nutrición Humana de la Universidad de Granada.


Los beneficios saludables de la cebolla residen en la presencia de:


Fibra funcional: la cebolla contiene fructooligosacáridos, un tipo de fibra soluble no digerible por las enzimas intestinales, por lo que estimulan selectivamente la actividad de especies bacterianas beneficiosas que ya residen en el colon (probióticos).


“Al no ser digeribles, alcanzan la porción inferior del intestino donde son fermentados por bifidobacterias, lo que consigue disminuir el pH del medio e inhibe la aparición de otras bacterias patógenas. De hecho, en hoy en día se incluyen esos fructooligosacáridos en productos alimentarios como prebióticos”, explica Nestares.


Flavonoides: principalmente quercetina y canferol, que son antioxidantes naturales de las plantas. La quercetina es el flavonoide más abundante en la dieta y las cebollas son una de las principales fuentes de este fitoquímico.


Su valor reside en que “contribuye a la inhibición de la oxidación de las lipoproteínas de baja densidad (LDL-colesterol), por lo que ayuda a prevenir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, sin olvidar que también se han relacionado los flavonoides presentes en la cebolla con la reducción de la tensión arterial y con una actividad antiagregante plaquetaria, es decir, que impide la formación de trombos”, confirma María Teresa Iglesias, profesora de Farmacología, Nutrición y Dietética de la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid.


Compuestos azufrados: son los que aportan el sabor tan característico a la cebolla, pero también su olor fuerte. Estas sustancias volátiles son las que emanan de la cebolla al cortarla y las culpables de producir picor y lagrimeo, además de un efecto expectorante cuando llega a las vías respiratorias. Estos componentes son los que sintetiza la planta para su propia defensa y las variedades moradas de cebolla tiene mayor cantidad.


“La capacidad antiasmática y antiinflamatoria de las cebollas se debe en parte a la presencia de tiosulfinatos (compuestos azufrados). Además, la cebolla cruda ejerce un potente efecto antifúngico y antibacteriano”, añade Iglesias.


Todos estos compuestos presentes en la cebollas “tienen una importante función antioxidante, antiinflamatoria y antimicrobiana por lo que actualmente se estudia su posible papel preventivo en enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, hipercolesterolemia, diabetes, algunos tipos de cáncer (principalmente de esófago y estómago) y enfermedades del aparato respiratorio, entre otras.


De cualquier manera, serán necesarios más estudios para tener mayor evidencia científica”, asegura Ángeles Carbajal, profesora de Nutrición de la Universidad Complutense, quien añade que, “por la presencia de estos componentes, la cebolla también puede considerarse un alimento funcional, pero no hay que olvidar que el papel de la dieta en la salud y en la prevención de la enfermedad es consecuencia de todos los alimentos que comemos y no de uno solo”. Aunque la cebolla, como vemos, está llena de bondades y es una aliada perfecta para tu salud.


Lic. Thalía Phuma
Nutricionista
Fuente: Moneo, L. (2017) "BENEFICIOS DE LA CEBOLLA PARA LA SALUD".



Escrito por: Nutricionista Thalía Phuma Ludeña

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