EL PORQUÉ LAS PERSONAS FUMAN. CAUSAS DEL HÁBITO TABÁQUICO.

Fumar o no fumar. La mayoría de nosotros nos hemos enfrentado con esta decisión en algún momento de nuestra vida, ya sea durante la adolescencia, cuando jóvenes, en la adultez o ya ancianos. Muchos empezamos a fumar por pura curiosidad, porque “en esta vida hay que probar de todo”. Otros empezaron porque los hacía sentirse mayores, más maduros y atractivos. Algunos, por presión de sus amigos de “barra” que les exigían fumar para poder formar parte del grupo. En otros casos, lo hacemos por influencia de la propaganda, que presenta formas de vida atractiva, dirigida a los jóvenes, el éxito, el placer y el deleite y atractivo sexual. También la causa puede ser la muerte de un ser querido, una decepción amorosa, etc. Otros afirman que fuman por puro placer; o porque en el cigarrillo encuentran algo así como un amigo siempre dispuesto a acompañarlos. Lo cierto es que fumamos por una y mil razones diferentes.

Con toda la información que existe sobre los daños del tabaco en nuestra salud, podría preguntar: ¿Por qué lo hago, si sé que fumar mata? La respuesta a esta interrogante es que las personas fumadoras se vuelven adictos a la NICOTINA. Esta droga se va metiendo en nuestra sangre en cada inhalación del humo del cigarrillo. Por el flujo sanguíneo, la nicotina llega hasta el cerebro, creando dependencia. 

Para satisfacer esta necesidad de una cantidad diaria de droga (nicotina) por nuestro organismo, la acompañamos -y la reforzamos- de diferentes hábitos: fumamos apenas nos despertamos en la mañanita, después de cada comida con el cafecito caliente y humeante, cuando estamos aguardando a alguien, por presiones y problemas en nuestro trabajo, cuando estamos solos, sin hacer nada, porque me relaja... Porqué sí, porque soy adicto. ¿¡Cuántas veces me he encontrado con el cigarrillo en la mano y no sé en qué momento lo he encendido!?