SÍNDROME DE PIERNAS INQUIETAS


DEFINICIÓN:

EL Síndrome de Piernas Inquietas es un desorden sensitivo motor primario caracterizado por una fuerte e irresistible urgencia de mover las piernas, involucrando una o ambas piernas. En avanzados niveles de severidad, la urgencia puede incluir los brazos y otras partes del cuerpo (tronco y cabeza), pero invariablemente involucra las piernas cuando los síntomas aparecen. Algunos pacientes reportan que aunque traten de no mover las piernas, estas ¨brincan¨ de manera involuntaria y pueden ocurrir repetidamente produciendo movimientos periódicos de las piernas en vigilia.

La necesidad imperiosa de mover las piernas se parece a una compulsión, a la sensación que precede a un tic. El paciente puede controlarla durante un tiempo, pero cuanto más está sin moverse mayor es la urgencia de hacerlo, mientras que al mover las piernas nota un alivio pasajero que pronto se sustituye por las ganas de moverse de nuevo. Algunos pacientes cuentan que si se fuerzan a no mover las piernas acaban teniendo pequeñas sacudidas involuntarias en los pies, especialmente cuando se adormecen. Esta necesidad de mover las piernas viene motivada por la búsqueda de alivio de una sensación desagradable que el paciente siente como algo profundo, en el interior de sus piernas y que en general les cuesta definir. Algunos hablan de quemazón, otros de burbujeo, tirantez, presión (“como si me estiraran o me apretaran los huesos o los tendones”), algunos lo llaman dolor, otros simplemente nerviosismo, inquietud o desasosiego.

Clasificación

Primario: hay evidencia considerable de una contribución genética; mas del 50 % de los pacientes reportan una historia familiar positiva. Se sugiere la existencia de un rasgo autosómico dominante con una alta tasa de penetrancia.

Secundario: cuando se presenta al mismo tiempo algún otro trastorno con relación conocida con el SPI. El SPI secundario es más frecuentemente debido a la deficiencia de hierro, a la enfermedad renal terminal, y el embarazo. La edad de inicio en las formas secundarias es más tardía y la progresión de los síntomas más rápida.

Diagnóstico

El diagnóstico se basa principalmente en la historia clínica, donde se debe incluir la descripción de las molestias por el paciente, la edad de inicio, el número de días con síntomas, hora de presentación y las zonas del cuerpo a las que afecta, si hay historia familiar y el impacto en la calidad de vida. Se interrogará además acerca de la existencia o no de condiciones médicas posiblemente asociadas-

SINTOMAS:

Los pacientes refieren un malestar que les cuesta definir, que unos llaman quemazón, otros tirantez, presión, cosquilleo, hormigueo, burbujeo, dolor, etc. Otros lo califican simplemente de nerviosismo, desasosiego o inquietud. Se localiza preferentemente en las piernas, entre la rodilla y el tobillo, aparece cuando están sentados o tumbados y les impide parar quietos. Para intentar paliar esta molestia estiran las piernas, se frotan una contra la otra, las mueven y finalmente se tienen que levantar y andar, con lo que consiguen aliviar el cuadro, aunque si se vuelven a sentar o tumbar, en poco tiempo reaparece. Si intentan aguantar sin moverse, muchos notan pequeñas sacudidas semivoluntarias de las piernas o los pies. De forma característica esta sintomatología aparece con más intensidad al final del día, cuando se sientan a cenar o después de la cena, y sobre todo cuando se acuestan. Entonces es cuando la situación puede alcanzar tintes dramáticos, pues el paciente se cae de sueño pero no se puede dormir porque la molestia de las piernas se lo impide y le obliga a moverlas, las saca de la cama buscando frescor y finalmente se tiene que levantar, ir al baño, recorrer el pasillo de arriba a abajo o hacer estiramientos y movimientos de marcha en el sitio. Algunos tienen una bicicleta estática en la habitación. Esta situación puede mantenerse hasta las 3, las 4, las 5 de la mañana, cuando finalmente la oscilación circadiana permite una disminución de la intensidad y el paciente consigue dormir.

Tratamiento:

Luego de una buena evaluación y diagnostico del síndrome es necesario dar tratamiento sintomático, y se encuentra que es secundaria, es necesario dar tratamiento a la patología de base.

Resumen realizado por:

Liseth Hernández

Médico General

Fuente:

Montes Gaviria, M. Síndrome de piernas inquietas. Enfoque diagnóstico y tratamiento. Acta Neurol Colomb Vol. 25 No. 2 Junio 2009.

Sociedad Española de Neurología, Sociedad Española de Sueño 2013. Síndrome de Piernas Inquietas o Enfermedad de Willis Ekbon. Recomendaciones diagnósticas y terapéuticas. Pp: 9-91


Escrito por: Dra. Liseth Hernández Imbacuan

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