Sangrado digestivo del tracto digestivo superior


Se define la hemorragia digestiva alta (HDA) como toda aquella pérdida de sangre secundaria a cualquier lesión originada entre el esfínter esofágico superior y el ángulo de Treitz.

Pese a los avances terapéuticos, sigue constituyendo una de las complicaciones más graves del aparato digestivo. Dada su potencial gravedad, la HDA aguda, requiere en todos los casos de valoración hospitalaria. La mortalidad global alcanza el 14%

La hemorragia del tubo digestivo puede manifestarse como:

• Hematemesis. Definida como el vómito “con sangre roja” o "en posos de café". El primero sugiere un sangrado en curso de importante intensidad y el segundo traduce un proceso más limitado.

• Melena. Se caracteriza por heces malolientes y de color negruzco, de aspecto similar al alquitrán. La mayoría se origina proximal al ángulo de Treitz, pero también podrían originarse en intestino delgado o colon derecho.

• Hematoquecia. Evacuación de heces de color rojo brillante o marronáceas por el recto; más frecuente en las hemorragias digestivas bajas, aunque también pueden ocurrir con sangrados masivos altos, debido a un tránsito intestinal acelerado. Habitualmente, se asocian con mayor repercusión clínica. Es importante discernir la hematoquecia de la rectorragia, pues ésta implica un sangrado fresco, rojo y brillante, típica de lesiones en tracto digestivo bajo.

• Hemorragia gastrointestinal de origen oculto. Frecuentemente se trata de un hallazgo casual en el contexto de un déficit de hierro, determinación de sangre oculta en heces, o bien, en pacientes que desarrollan síndrome anémico (mareo, síncope, angina de pecho o disnea).

Causas: Ulcere gástrica, varices esofágicas, desgarros de esófago, inflamación de esófago, cancer

La úlcera gástrica es la causa más frecuente de HDA. Una proporción cada vez mayor se deriva del consumo de antiinflamatorios no esteroideos (AINES)

La endoscopia digestiva alta es la exploración de elección para determinar la etiología e intensidad de la hemorragia. Su objetivo es diagnóstico, pronóstico y terapéutico.

En general, la endoscopia debe realizarse durante las 24 h tras el ingreso, previa estabilización hemodinámica del paciente. La endoscopia muy precoz (<12 h) podría reducir tiempo y coste de hospitalización, así como la necesidad de transfusión en pacientes con signos de hemorragia grave. 


Dr Nicolas Blanco B 

Medico General 


Escrito por: Dr. Pedro Gomez

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